La mejor pareja en realidad es aquella con la que podemos negociar el desacuerdo y donde las discrepancias pueden exponerse de manera racional y empática sin llegar necesariamente a la confrontación.
Más que pensar el matrimonio como el fin de la historia, podríamos empezar a planteárnoslo como el comienzo de un viaje de autoconocimiento al lado de una persona que también está viviendo un proceso paralelo al nuestro, y que nos acompaña en nuestros temores sin dejar de sufrir por los suyos propios.
¿Porqué siempre escogemos la pareja incorrecta? . No eres tú, soy yo.
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